Carta a Santos Sanz Villanueva

Para decirle que aquí estamos completamente de acuerdo con el párrafo de su crítica a la novela Corazón negro , de Daniel Múgica (La Esfera/El Mundo , 4-IV-98), en el que censura “un intento de suplir la insustancialidad de las anécdotas y de las vivencias con un estilo enfático y pretencioso. Un estilo, además, con no escasos errores gramaticales e hijo de un desdén por la expresión exacta. Múgica aprovecha la propia novela para relativizar el uso de las preposiciones y signos de puntuación, pero debiera guardar más respeto a las normas si no quiere confundir la libertad expresiva con la incompetencia lingüística”.

Pero más le hubiésemos aplaudido si, en vez de referirse a Corazón negro , del casi desconocido Múgica, se hubiese referido a Corazón blanco del demasiado conocido Marías, que escribe todavía peor, desde los mismos defectos, y no lo hace adrede, sino por pura impotencia. Marías trata de suplir la insustancialiadad de lo que cuenta con una expresión engolada y una pretendida ironía enfática y pretenciosa. Su desdén por la expresión exacta lo manifestó en su artículo, Malvado gran escritor ( El País , 10-XI-97), en el que se refería “al inútil y anodino concepto de ‘escribir bien o mal'”. Y su mal uso no sólo de las preposiciones y los signos de puntuación, sino de todo cuanto afecta a la gramática, el estilo y, lo que es todavía más grave, la lógica y el pensamiento está tan generalizado en su obra como lo ha señ alado Isidoro Merino.

¿ Por qué tiene bula Marías? ¿ Por qué no se atreven ustedes, los críticos, con él? ¿P or qué lo pregonan como uno de los mejores novelistas del momento?

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