Carta a la nueva Ministra de Cultura

Estimada señora: usted tiene que decidir muy pronto si va a tener en cuenta en su gestión la cultura en su dimensión profunda e histórica, o sólo la cultureta y la industria cultural del presente y dedicarse a la política en el peor sentido de la palabra, hacer amigos económicamente poderosos y chupar cámara.

Si lee el artículo que le acompañamos, se enterará de algo que seguramente sabe ya, si bien actúa como si no lo supiera: los premios literarios que los corresponsales extranjeros en España llaman “a la española” no son serios. Las editoriales que los otorgan lo hacen para premiar un producto que ellas van a poner en el mercado, sin tener en cuenta para nada sus valores intrínsecos, sino sus posibilidades comerciales ante un público literariamente poco o nada formado (de esto tendría usted que ocuparse) y, por ende, de manera deshonesta, pues no se trata de un concurso en el que, independientemente de la legitimidad del jurado, los concursantes tengan iguales oportunidades. No. Se trata de encargos hechos, para colmo, a alguien que garantiza, no los valores literarios, sino otro tipo de “alicientes” que  situarán su producto entre lo que podríamos llamar la novela basura.

Si usted está al tanto de lo que se escribe en las secciones culturales de la prensa, verá que se culpa a la comercialización de los libros de la degradación de los productos que se ofrecen a los lectores, especialmente cuando se trata del género novela. Creemos que, como nosotros, usted debe de tener claro que, ocupando el puesto que ocupa, su posición tiene que estar a favor de la cultura y en contra del comercio, que hace del libro, siempre portador de valores éticos y estéticos, un objeto de cambio.

Atentamente

Mary Luz Bodineau

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