Francisco Umbral. Animal sin fondo

Esfera , el excelente suplemento cultural de El Mundo dirigido por Carmen Sarmiento , que incompresiblemente fue sustituido por el actual pareció proponerse en su día demostrar a sus lectores que la ignorancia de Francisco Umbral es enciclopédica y universal, mediante una serie de artículos sobre escritores europeos que le publicó a lo largo de todo un año. Todos ellos, demostraciones de que el autor siempre antepone el fruto de su supuesto ingenio a la verdad y el rigor. Yo voy a limitarme a hacer unas cuantas puntualizaciones a uno de ellos, especialmente indignante: el perpetrado contra Juan Ramón Jiménez, con el título de Juan Ramón Jiménez. Animal de fondo. Patentiza un desconocimiento de la Obra -con mayúscula, como él quería- del Andaluz Universal increíble, propia de un animal sin fondo, de un animal total.

Aseguraba Umbral que fue gran lector de Juan Ramón en su adolescencia, y que admiraba “su perfil de árabe cultísimo”. ¿Cómo es el perfil de los árabes cultísimos? ¿Y el de los incultos? ¿Qué racistas consecuencias se derivan de esa observación étnico-cultural? ¿Le enseñaron sus mandos falangistas a clasificar los perfiles de los ciudadanos? ¿Con qué intención?

Después afirma otra insensatez: que “en el primer y segundo Juan Ramón [...] no había mujer en su vida”. Cualquier lector de sus primeros libros conoce las aventuras galantes que aluden a mujeres con nombres y caracteres distintivos. Entre los versos eróticos juanramonianos, sobresale la serie inspirada por Francina en los Poemas májicos y dolientes (1911), y rezuma sexualidad la primera parte de Laberinto (1913), titulada Voz de seda .

Ahí hay mujeres de carne y hueso, que son las mejores musas, como afirmó Rubén. Claro que el erotismo de Juan Ramón no se parece nada al de Umbral. No le animó a alquilar un “picadero”, como el que compartió Umbral, en la calle Escalinata, junto a la Ópera, con su director en la revista de propaganda fascista Mundo Hispánico . En Juan Ramón todo aparece ennoblecido, mientras que en Umbral todo se vulgariza y achabacana, como su mismo estilo literario, propio del cotilleo de un patio de vecindad.

Despistes y burradas

E s llamativo que Umbral mencione en dos ocasiones Diario de poeta y mar , título que solamente en 1948 impuso Juan Ramón al Diario de un poeta reciencasado , de 1917, sustituyéndolo después por el primitivo y haciendo de “reciencasado” un adjetivo. Debe de haber visto ese título en alguna antología despistada y, al ignorar sus modificaciones, lo reproduce. Ningún juanramoniano los cita así, salvo que aluda a la edición de Losada de 1948.

Con maliciosa frase dice que “La guerra le echa de España”. Esto es una falsedad, porque Zenobia y Juan Ramón salieron de Madrid el 22 de agosto de 1936, con pasaporte diplomático y para cumplir la misión de esta índole que les encargó el presidente de la República , don Manuel Azaña. En los Estados Unidos, Puerto Rico y Cuba desarrolló Juan Ramón una gran actividad en favor de los republicanos, hasta el punto de que el poeta retraído de Moguer y Madrid intervino en mítines ante el público y por radio, y en manifestaciones; y colaboró en diarios y revistas recabando ayuda para el pueblo español asediado por el fascismo internacional. Pero éste es un aspecto que no puede gustarle a Umbral, que tanto debe al fascismo español.

Añade que, en esa época del exilio, “el poeta de Moguer ha cambiado el burro sentimental por un trasatlántico”. Supongo que con lo de “burro sentimental” se refiere a Platero, un burro que nunca demuestra poseer sentimientos en el libro que le dedicó Juan Ramón, y que se comportó siempre como un burro. Y Juan Ramón dejó de cabalgar en burros y caballos cuando se marchó de Moguer definitivamente, en diciembre de 1912. Fue el primer poeta español que poseyó un automóvil, un Ford T, en los años veinte. De modo que lo que cambió fue el burro, imprescindible en un pueblo, por el automóvil, adecuado para la ciudad, pero no por un trasatlántico (que, por cierto, ya había utilizado en 1916 para ir a casarse a América; no tuvo que esperar al exilio para conocer el nuevo mundo).

Confunde verso y prosa

La ignorancia bibliográfica que demuestra Umbral es vergonzosa. Dice que el poema Espacio está “escrito en verso y prosa”. No es cierto. Inicialmente lo compuso en verso y después lo prosificó; pero los fragmentos que fue dando a conocer en verso estaban completamente en verso, y la edición definitiva, publicada en abril de 1954, está completamente en prosa, sin mezcla de formas.

También es erróneo afirmar que “JRJ dudó siempre entre el verso y la prosa, ya que su eficacia no estaba en la rima, sino en la idea lírica”. Nunca dijo tal cosa Juan Ramón, sino que el oyente de un recital no sabe la estrofa, y sin embargo la siente, por lo que las estrofas son inútiles.

En cuanto a que Espacio “es una influencia de Eliot y Neruda”, aparte la incorrección de la frase, tendría que demostrarlo, cosa que no hace, para que pudiéramos discutirlo; dicho así resulta simplemente estúpido. Tampoco es exacto que Juan Ramón calificase a Neruda como “Un gran poeta malo”: lo que escribió es que siempre lo tuvo “por un gran mal poeta”, que es diferente, en Españoles de tres mundos , Buenos Aires, Losada, 1942, p. 122.

La frase “Soportó toda una vida a Zenobia travestida de Rabindranath Tagore” es tan idiota y gratuita que no merece comentario alguno.

Otra idiotez: “El problema de no tener nada que hacer -problema del exiliado- es que retoca con exceso la obra”. Juan Ramón estuvo retocando su Obra desde 1900 hasta 1954, y precisamente en su exilio hizo lo que no había hecho en España: dictar conferencias, dirigir seminarios universitarios, organizar actos culturales, dar clases, etc. De manera que nada de ocio.

Por dos veces, Umbral llama aforismo al dístico “No le toques ya más / que así es la rosa!”, brevísimo poema que abre Piedra y cielo (1919), y que figura en la Segunda Antolojía con el número 465. O Umbral no sabe lo que es un aforismo o ni siquiera ha leído la Segunda Antolojía , o ambas cosas, que es lo probable.

Reprensión contra todos

Pero he aquí que el autor de El Giocondo se considera el maestro Ciruela, y reprende a todos, absolutamente todos los que hemos comentado alguna vez ese dístico (por si Umbral lee este comentario, le aclaro que se denomina dístico a la composición poética de dos versos). Pontifica Umbral: “Todos los escritores repiten mal este aforismo, pensando que habla de la rosa, lo cual sería una puerilidad. El aforismo se titula El poema . No le toques ya más, que así es el poema”. Sí, así es el poema, no el aforismo, como hemos glosado los juanramonianos, que por serlo somos escritores y nunca confundimos ese dístico (no aforismo).

Según Umbral, desde su cátedra golfante, “Juan Ramón, en Coral Gables, se hace otra vez solitario”. Solamente vivió en Coral Gables entre noviembre de 1939 y noviembre de 1942, periodo en el que actuó como profesor invitado en las universidades de Miami, Durham y Duke, e intervino en reuniones de la Florida Education Association y del Hispanic American Studies, además de preparar el programa Alerta para el Coordinator of Inter-American Studies y de viajar en dos ocasiones a Nueva York y una a Washington. Para ser un solitario no es poco.

Al margen de Juan Ramón, que es el asunto que me ha llevado a escribir este comentario, Umbral escribe otra insensatez: “Juan Ramón es nuestro Rilke, mas Rilke murió pronto y vivió mal, ‘chulo de princesas', como dice Cela”. Juan Ramón es nuestro Juan Ramón, de ninguna manera nuestro Rilke, y no hay motivos para confundirlos. En cuanto a la definición atribuida a Cela, desconozco si es cierta, pues soy alérgico a la obra del gallego; pero si lo es habría que decirle que es preferible ser chulo de princesas a serlo de dictadores fascistas, como lo ha sido él, delator de sus compañeros de profesión. No podía Umbral dejar de citar a su maestro.

España es así: los mejores, como Juan Ramón, murieron en el exilio, porque en su patria se aclama a gentes como Cela y Umbral, dos subproductos de la Dictadura , ignorantes, vulgares y resentidos.

Eulogio Crisóstomo

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