Almudena Grandes – Malena Lulú de los Dolores

–Como te dije, mi marido y yo llevamos tres meses sin follar.

–Pero ¿qué coño le pasa a tu marido? ¿Es que, en vez de polla, tiene ahora entre las piernas una prueba irrefutable de la existencia de Dios?

–No sé, pero ya ayer me folló. Dos veces. Una vez, delante de un espejo. Por eso pude ver que sigue teniendo un culo estupendo. Un culo comestible, guisable, aderezable, estofable, albondigable, croquetable, rebozable, freíble, masticable, chupable, aspirable, merendable, cenable, deglutible, sogecable... El culo más estupendo que he visto nunca.

–Y, en la cama, ¿te pusiste encima o debajo?

–Debajo.

–Hay que ponerse encima, porque, así, la ley de la gravedad incide en la corriente sanguínea –menos dos, coma, dos-, baja por los canales de Ramón y Cajal , más dos, menos raíz cuadrada de dos, y se une a los segmentos de Gay-Lusac… y no te quedas embarazada. Pero, sobre todo, encima o debajo, lo que hay que procurar es que el número primo de la polla sea múltiplo de menos ochenta elevado al culo, digo al cubo. ¿Tu marido es partidario del divorcio?

–¡Claro que sí! ¡Somos muy rojos!

–¿Sois también partidarios de la reforma agraria?

–¡Claro!

–¿Y de la enseñanza obligatoria y gratuita?

–Sí.

–¿Y de la abolición de los latifundios

–Sí, sí. Y de la nacionalización de la banca y de los bienes de la Iglesia , y del derecho a la huelga…

–¿Cuántos extranjeros por equipo?

–Tres. Cuatro si son comunitarios, y cinco si son portugueses o andorranos.

–Tu marido ¿es partidario del polvo alterno o del sabatino y/o dominical?

–¡De polvo diario! ¡Ya te he dicho que somos muy rojos!

–Pero ¿no dices que ha estado tres meses…?

–Sin follarme a mí, pero, lo que es a otras… ¡Si a mi marido le dicen en el barrio Picha de Oro.

–¿Es cierto?

–¡Pues claro que lo es! Desde antes de que nos casáramos lo llaman así, porque un día se folló a la farmacéutica y ella le regaló tres cajas de condones, tan satisfecha quedó. Se corrió la fama y empezaron a llamarle picha áurea..

–Pero siguen sin gustarle las mollejas

–Sí. No le gusta ninguna víscera.

–Tú eres de familia oriunda del agro extremeño, Malena Lulú de los Dolores. No sé cómo puedes follar con un hombre al que no le gustan las mollejas.

–Ya ves… Ni el chorizo, ni la mojama, ni los callos… Un calvario.

–¡Tampoco los callos! Hija, te estás ganando el cielo. El cielo de Marx, se entiende.
 

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