La "Gauche Divine" que Prisa quiere perpetuar

Mientras Marcelino Camacho y otros activistas antifranquistas estaban en la cárcel; mientras Grimau y otros cientos eran fusilados y muchos se la jugaban en la clandestinidad, la verdadera oposición al franquismo, la buena, la que sacaría provecho en la democracia de haberlo sido, bebía güicky servido por criados de librea, hacía camas redondas -por “transgredir las normas morales de la dictadura”, ha aclarado Rosa Regás-, hablaba de política -¡cómo no!, para eso era oposición- y amasaba fortunitas que se ponían al socaire de los vendavales ideológicos. La llamaron, sin originalidad, pues ya se había acuñado la expresión en Francia, pero con ironía que sus miembros aceptaron encantados, pues en el fondo de los fondos eran y son unos horteras, gauche divine. Imitaban la dolce vita y el más antiguo dolce far niente, y escribían malos libros que les publicaban el Lenín y el Trostsky españoles, los mamoncetes de Castellet y Carlos Barral, tan dañinos a la postre para la literatura española. Hace unos años, para presumir de libertad e independencia, celebraron una exposición de 106 fotografías de su “lucha”, en la antigua sede del MEAC, en la Ciudad Universitaria ; acontecimiento cultural de primer rango, que El País -ya saben, el diario independiente de la mañana- celebró como se merece, tanto en la tripa diaria -número del 6 de abril del 2000-, como en El País Semanal del domingo 9, instándonos a los parias a acudir a verla, sin duda para que tomáramos ejemplo.

En la amplia información del primero de los vehículos de difusión de ideas mentado, Elsa Fernández Santos, de los superconocidos Santos Inocentes, hablaba mucho de Oriol, de Colita, de Xavi, etc., como si los demás tuviésemos obligación de saber a qué Colitas y Colones se refería. La Fiera , que, como el mentado rotativo matinal y gauchedivino ha dicho varias veces, está hecha por envidiosos y resentidos, ante un acontecimiento así que le repugna y la historia a que alude, reflexiona y resuelve: con una oposición así, que se daba la mano y la lengua con el régimen, a través del ciberespacio aún no descubierto, entre los fastuosos chalets de la Costa Brava , Cadaqués y el bar Bocaccio -la universidad de estas castas progres- con las castas bacanales del El Pardo, no es extraño que la dictadura durase cuarenta años. Son los que ahora, frívolamente, pero diciendo gran verdad, afirman que “contra Franco vivíamos mejor”. La Regás , el Marsé, el Trías, el Herralde, el Gil de Biedma, el Castellet, el Barral, la De Moura , el Oriol Maspons, el Oscar y la Esther Tusquets , el Ricardo Bofill, el Vicente Aranda, el Gonzalo Suárez, el Joaquín Jordá, los Moix, macho y hembra, el Serrat, el Perich, José Agustín Goytisolo, Guillermo Carnero, Oriol Bohigas, Eduardo Mendoza, Rubert de Ventós, Eugenio Trías, Arranz Bravo y Bartolozzi (nunca he sabido si es uno de múltiples apellidos alcurnes o una pareja de ases), Félix de Azúa, Cristina Fernández Cubas, Pomés y, ¡cómo no!, Vargas Llosa y García Márquez (Gabo para los íntimos) y Sergio Pitol, manito él. Toda la “alegre muchachada”, en fin, como la llamaba Joan de Sagarra en el segundo vehículo, ilustrando sus asertos con fotos que luego comentaremos. ¡Qué hideputs -en el buen sentido de la palabra, claro- las “progres” y los “progres” que alimentaban la misma ideología que hoy alimentan Alfaguara y El País, en sus libros y diarias columnas moralizantes! Algunos malaslenguas expectoran que de la misma manera se divierten hogaño los Polancos, Cebrián, Vicent, Vázquezmontalbán, García Posada, Verdú, Cabrera Infante, Calvo Serraller, Juancruz, Fernangómez, Garcíamontero, Grandes y otra Montero, Guelbenzu, Molinafuax, Haro Tecglen, siempre al quite de la coartada, Marías, Muñozmolina, Savater, Fernandoschwartz (el más gracioso,dicen), la Torres , con sus hábitos de estameña siempre , y predicando desde el púlpito, y otra vez unos Regás, De Moura, Juan Marsé, Fernández Cubas, Eduardo Mendoza, Herralde, Tusquets, etcétera muy arrugados ya y malolientes .

Tenían una musa, nos informa la Santos (de los Últimos Días, esperamos): la actriz Teresa Guimpera, a imitación de los existencialistas con Juliette Greco, sino que a la española, esto es, semianalfabeta como todos ellos. Y es que, como decimos los resentidos y envidiosos, tronados, dementes, asnos (Savater dixit , con esa precisión conceptual y adjetival que le caracteriza, como cuando le dedica a Voltarire la lección doceava), este país, culturalmente, es una verdadera desgracia. Lo prueba sobradamente Sagarra cuando, al paralelismo Gre­­­­co/Guimpera, añade aquestotros: esta infame turba en Bocaccio venía a ser lo mismo, para Barcelona, que habían sido Sartre, Camus, Beauvoir, etc., cuando tomaban café en De Flore o cenaban en La Coupole. ¡Lo mismito! Como lo mismito, según demuestra el Sagarra, era Rosa Regás que Lou Salomé. Y es que España, ya se sabe, a la cabeza siempre del viejo continente y contenido.

Con razón, protesta Sagarra de que algunos se empeñen en ver en la alegre mushashade, no a los revolucionarios que realmente eran, sino a “un grupito de hijos e hijas de papá, entretenidos en intentar acostarse con la mujer del vecino o el marido de la vecina, emborrachándose en su guarida de la calle Muntaner”, en el que se llamaba, “en un arranque de originalidad”, como insiste el Sagarra, Bocacio con una sola c . Desde luego, lo reconocemos, hay que tener inventiva para quitar esa letra. Protesta de eso, digo, pero al final del artículo reconoce que eso era lo que hacían, además de apiparse con martini, los muy changuetas.

Pero mención aparte merecen las fotos, que son las que realmente nos convocan. La del “filósofo del grupo”, don Eugenío Trías, de los Trías y Afloja de la Costa Brava comiendo spaguettis como un chimpancé amaestrado es reseñable. ¿Y la de Gaby García Márquez con cien años de soledad en la cabeza y otros cien en la entrepierna, dicen que desierta? Sin olvidar aquélla en la que los tres hermanos Gubern, dos hermanas y un hermano, justamente el moralista, eso, que sostiene -¡qué atrevido!-, ante el estupor fraternal ¡nada menos que ese tratado intitulé Vida sexual sana, que en los años cincuenta anunciaba todos los días el ABC con una cita de Clemente Alejandrino, y compraban todos los catetos, a ver si encontraban algo que se la empingorotara. La de Joan Manuel Serrat besando los labios de una estatua y aquélla en que, entre rocas y agua salada, aparecen los rebeldes en escandalosa promiscuidad, no las consideramos toleradas para nuestro alumnado joven. No hay más que considerar el pié que el especialista en piés del diario independiente de la mañana le pone: “Sin frenos. Sobre estas líneas, desmadre del grupo en la Costa Brava.. .” ¡Ellas en bikini, oh Virgen de Montserrat, que velas por nuestra virtud! Marsé en postura de hacer caca y Barral en la de la Bicha de Balazote, tampoco, ¿para qué exponernos a ser malinterpretados? No oBstante, nos liamos la manta a la perola y sí traemos a colación aquélla en que el izquiedistísimo editor Herralde -el descubridor de Javier Marías, ¡el mismo!- obliga a sus dos secretarias a posar a cuatro patas y con el culo al aire, sin duda para pasar pol mu moelno, desprejuiciado y antifranquista. Además de dolcevitesca , señor Herralde, señor Polanco, esa foto que ustedes creen que es un modelo de libertad e independencia, y ponen como ejemplo a los alumnos de la Escuela de Periodismo de El País , lo es en realidad de machismo y putrefacción social -”era 1970, dice el pie de foto, como diciendo: “fuimos precursores”- y retrata muy bien el modelo de sociedad que ustedes defienden en sus periódicos, en sus teles aristocráticas, en los libros que publican sus editoriales, pero no la que defendemos, for example, los cincuenta buenagente que anteayer -respecto al día en que escribo, claro- nos reunimos en una modesta tasca para celebrar el aniversario de la Segunda (y tan esperanzadora) República Española -¡viva!-, a la que ustedes, a pesar de tener tantos harotécglenes y santosjuliases en su plantilla, ni siquiera le dedicaron dos líneas evocadoras.

Si Prisa ha publicado esta información con tanto alabardeo, es porque están seguros sus responsables de que los lectores de El País -esto es, en su mayor parte, la progresía- admirarán y envidiarán a los tribunos. A los fieras, por el contrario, nos dais asco, hipócritas, que sois la hez de esta pobre patria, que, indiferente ,oye nuestra aflicción/ y escucha el triste concierto / de rebuznos y ambición.

Fueron precursores, sí, ésos que El País ponía como ejemplo al otro país -el de tierra (poca) y lodo (mucho)-; precursores del estercolero que es, con vuestra impagable colaboración, este principio de siglo.

M. Asensio Moreno

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