Una degeneración
Éxito mundial de los libros de la señora J.K.Rowling, su Harry Potter está ya en manos de millones y millones de niños, y millones y millones de niños se maleducan con sus libros. Como es lógico, dada la incultura general, la autora ha recibido un premio Príncipe de Asturias en este inculto país.
Has leído los dos primeros tomos de la saga, te ha costado leerlos porque no son libros infantiles, de los que gustas, sino libros infantiloides que no es lo mismo ¡Oh manes de Peter Pan y de Alicia! Parece mentira que en una nación que tan bien ha sabido siempre escribir para los niños, aparezca Harry Potter.
La autora tiene una idea, su protagonista es un niño más que va a la escuela, pero la escuela es una escuela de brujos, se multiplican las irrealidades que quieren ser sorpresas, siempre hay un director que pone buenas o malas notas, el tiempo de la obra es siempre el tiempo de un curso escolar, y supones que el pequeño lector se identifica muy fácilmente con el protagonista que, brujo o aprendiz de brujo, ha de cumplir siempre con las reglas de la disciplina escolar.
Cada tomo acaba en una batalla entre Harry y el malo o lo malo, y siempre gana Harry.
Harold Bloom sostiene que estos libros de la Rowling están escritos en muy mal inglés, es posible aunque tú no puedes juzgar, pero lo peor no consiste en que la autora maneje muy mal su lengua, lo peor consiste en que no son libros infantiles, de iniciación, de protesta ante la inevitable socialización, de educación en suma, sino libros infantiloides que sólo se dirigen a la imaginación… y nada más.
Todo libro auténticamente infantil puede leerse a dos niveles, al nivel del niño y al nivel del adulto que entiende algo más que el niño, pero con los Harry Potter no hay doble lectura posible, son ires y venires, conversaciones tontas, sorpresas que acaban por repetirse hasta dejar de serlo, malos que son antipáticos y buenos que son simpatiquísimos, y el todo en una narración que discurre pesadamente hasta el combate final… y nada más.
Seguro que existe ya una infantilización de los adultos al nivel mundial, sólo hay que ver ciertas películas y ciertos comics, pero el movimiento de barbarización ha llegado a más, ha llegado a infantilizar a los mismos infantes, y un niño merece algo más, merece que le enfrenten con la realidad o que le hablen a la imaginación, merece que le afirmen en su rebeldía y que le sumerjan, lo más lentamente posible, en la socialización inevitable, merece, sobre todo, que no le tomen por un tontito, porque el niño discurre, piensa, imagina y hasta saca conclusiones, pero nada de esto ocurre con la Rowling , y basta compararla con la autora del inolvidable Guillermo , para ver las diferencias.
¿Un testimonio más de la decadencia mundial de la cultura? pero hasta ahora la decadencia iba dirigida a los adultos, los niños quedaban aparte… aunque no es verdad, te olvidas de la demoledora acción de un Disney… la decadencia ha empezado hace mucho tiempo, Disney maleducaba a los niños en dirección hacia el inevitable dinero, la Rowling les dirige hacia la nada.
Y habrá que decirlo aunque sea con una frase conocida:
¡Qué vergüenza, ya no respetan ni a los niños!
Juan Ignacio Ferreras
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