Comentarios | Asaz grave situaciónQue las circunstancias y configuración del ámbito literario español actual haya propiciado el surgimiento, sin duda con la complicidad de las editoriales, de una revista como Qué Leer –algo así como el Hola de ese ámbito, con concursos, cotilleos, listas de famosos, publicidad subliminal, etc.– es bastante más grave de lo que parecen creer los botafumeiros, mandrágoras y palomos que la hacen viable con su actitud y actividades en los suplementos culturales convencionalmente considerados serios. Desde las editoriales, desde los medios de comunicación, se está intentando diseñ ar una monarquía de las letras que sea la base, no de una cultura a tono con los tiempos, sino de unos negocios. Apenas sea posible, de un único negocio. El fenómeno, exclusivo del folcklore literario español, de los llamados “premios literarios” -esas operaciones destinadas a obtener publicidad gratuita- es tomado en serio por quienes se presentan como críticos y periodistas en el ejercicio de sus nobles funciones y no son sino tontos y corruptos debidamente untados, y por los políticos (la ministra o el ministro de cultura de turno suelen presidirlos). Todo esto imposibilita hasta el más mínimo conato de innovación estética, pues los autores a lo que aspiran es a tener éxito inmediato -fama y dinero, como todo el mundo hoy-, y también que se aborden temas importantes, aptos para procurar una comprensión del mundo y de nuestra sociedad. Se eligen los temas de moda y una forma y un lenguaje accesible para la mayoría de un pueblo que, no hay que decirlo, es casi enteramente inculto. En Fahrenheit 451, los bomberos no apagaban los incendios, quemaban. Algo parecido está ocurriendo aquí con la literatura. Es la inversión total en la escala de los valores. |
Boletín del Centro de Documentación de la Novela Española |