Comentarios | De actualidad IEl Alto Tribunal de Justicia y Artes Marciales ha condenado en rebeldía a don Mariano Rajoy y Rajmañana, por un delito continuado de ofensa al honor feroz, al declarar al diario La Razón y a otros medios, que el staff de nuestra revista, como otros estaffes, no está constituido por españoles de bien, pues no van a manifestaciones patrióticas ni bailan “Suspiros de España”. El mismo Alto Tribunal ha desestimado la acusación de escándalo público por haber bailado un chotis con doña Rosa Regás y Pagés (Pegás y Ragés, según algunos tratadistas) en el vestíbulo de la Biblioteca Nacional. Los jueces han estimado que se trata de un caso claro de penitencia incluida en el pecado. Los diarios de derechas, como El País, ABC, El Mundo y La Razón no cesan de recordar lo malvados que son Fidel Castro y Hugo Chavez. La Fiera Literaria no les discute su opinión. Sus directores, redactores y columnistas son mayores de edad. Pero sí les ha solicitado por escrito tengan a bien señalar quiénes son los buenos según ellos. Porque parece que, cuando acusan de sus innúmeros pecados a esos dos colosos de la izquierda hispanoamericana, los están enfrentando a esos sufridos apóstoles que han ido a evangelizar Irak. El más castizo que esperpéntico señor Umbral ha cometido un pecado de esos que, como el bíblico pecado contra el espíritu, no se perdonan: pronunciar el santo nombre de La Fiera en vano. En efecto, el autor de tantas mediocres y nostálgicas odas en tetástrofo monorrimo a las sardinas al martirio, los caramales ( sic ) fritos, el botijo, el porrón, la capa de Luís Candelas, los betuneros, los barquillos de canela, etc., en su columna publicada en El Mundo el viernes 2 de febrero pasado, después de hacer un intragable, por pseudoingenioso, gazpacho con el Modernismo, el Noventayocho, Valle Inclán, Mallarmé, la Revista de Occidente, Pedro Almodóvar, Rubén Darío, Galdós, Luis María Anson, etc., en el que cada uno de sus conatos de chiste se convertía en un inductor de retortijones para el lector desprevenido, escribía lo siguiente: <<Ahí está Anson con su revista, su premio, sus poetas, su impaciencia y su paciencia para corregir el silencio y montar un premio necesario, el Valle Inclán, que ahora van a dar. El esperpentismo no ha muerto, porque este premio pueden ganarlo todavía los de La Fiera Literaria , que es la revista que más le gusta a Ansón. El esperpento ha desaparecido de nuestra cultura para consagrarse en la cultura gay y en las pancartas socialistas de derechas.>> Todo el mundo sabe que El Gola –también conocido por El Bufanda- odia a La Fiera porque, según él mismo ha confesado, no entiende la mitad de los textos que publica. Nosotros, los suyos, sí los entendemos: Umbral envuelve en florituras idiomáticas la ambigüedad o, mejor, la inexistencia de su pensamiento. Si alguna vez insinúa algo, es siempre una cosa y su contraria, para asegurarse el acierto ante sus cegatos lectores. La “estética” umbraliana no es una estética sistemáticamente deformada. Su manera de mirar no tiene nada que ver con el esperpento. Él mismo es el que constituye un esperpéntico monigote reflejado en un espejo cóncavo. Fera dixit et advocavi eadem gilipuertem bufandasque. A propósito del pseudoingenio. Resultó patética la intervención de don Antonio Gala en “er chou” de Los Morancos, para promover su último libro, un ejemplar del cual regaló a los humoristas, que en seguida lo utilizaron para atrancar la puerta ( sic ). Cada vez que le hacían una pregunta sus anfitriones televisivos, Gala, de blanco ebúrneo de los pies a la cabeza, ridículo, se sentía obligado a contestar algo ingenioso, pero, por mucho que se esforzaba –se le ponía cara de estreñimiento--, no lo logró en una sola de sus respuestas, también llamadas plastas a quemarropa. En su revolucionaria columna titulada Profesores de religión y publicada en ABC el 24 de febrero, Juan Manuel de Prada, como siempre, moralizaba. Escribo esto dos días después de que su partido, el PP, haya batido todas las marcas de utilización de la demagogia y la manipulación de los ignorantes para celebrar una manifestación cuyos fines no eran los que sus organizadores pregonaban. Pero él, tan bíblico, solamente las ve en el ojo ajeno. Se mostraba partidario de “exigir una coherencia entre lo que se piensa y lo que se hace, entre las convicciones y las obras”. El señor de Prada –entran ganas de escribir “el señorito”- ha ganado tres premios de esos que requieren el chanchullo previo: el Planeta, el Primavera y el Seix Barral. Probablemente sea consecuente. Probablemente está convencido de que para medrar como escritor hay que ser un sinvergüenza. La decisión del municipio madrileño de Ciempozuelos de dedicar los actos del Día Oficial de la Memoria del Holocausto y la Prevención de los Crímenes contra la Humanidad al “genocidio palestino” suscitó la protesta del embajador de Israel en España, Víctor Harel, y las críticas del Partido Popular, pero la aprobación entusiasta del Centro de Documentación de la Novela Española , editor de La Fiera Literaria. Todo el mundo sabe por qué el PSOE está sometido al poder mediático de Chus Polanco Gutiérrez. Este sometimiento es malo, pero no es lo peor. Lo peor, en el ámbito de la cultura, que es el que nos interesa, es que el Ministerio del ramo cree tener una coartada, o una forma de disimular favores y parcialidades dictadas por el amiguismo cuando favorece a las tontitas y los boludos polancustres, al creer, en su analfabetismo contumaz--, que los productos culturales surgidos del imperi Prisa son los mejores. Y esto produce efectos espantosos, porque la verdad es exactamente lo contrario Quizás algunos lectores no sepan que, no hace mucho, se realizaron en Murcia unas oposiciones para cubrir plazas en la Consejería de Educación. De los 656 opositores, todos ellos licenciados en Filología Hispánica, sólo 120 aprobaron (había que cubrir 126 plazas) el examen. Lo que llamará la atención del lectorado feroz será enterarse de que los 536 suspendidos lo fueron por faltas de ortografía y gramaticales. No se pierda de vista el estremecedor artículo del profesor Risaco y Condobrín, Malos profesores, mala universidad, publicado en nuestro aplaudido número de febrero. A instancias de nuestro presidente en funciones permanentes, Ser Tímozi Alexander O'Garthia, la policía, con la colaboración de los detectives privados y públicos de Fiera Yard, está investigando a ver quién ha podido soltar en Fiera Park, al pie de la escalinata que conduce a la Biblioteca Central del Fierabuilding, un macuto conteniendo seis novelas de Javier Marías y un cuadernillo con versos de García Montero. Cuando escribo estas líneas, dos peritos de Chemical Feroz se disponen a desactivarla. Por cierto, de Ser Tímozi Alexander O'Garthia se ha dicho en estas páginas que vivió una exitosa carrera deportiva, jugando como mediapunta en el Palmeiras de Sao Paulo, bajo el nombre de Timotiño. Error. En aquel puesto y con este nombre se hizo famoso en efecto, pero no jugando en el Palmeiras, sino en el Alcornoqueiras de Río de Janeiro. nónimamente, es decir, sin firma, es decir, de manera vergonzante, el suplemento “cultural” de ABC, en su número del 22 de marzo, ha publicado un reportaje sobre los premios literarios a la española, en el que, una vez más, demuestra que su interés por las ganancias de los editores es muy superior al casi nulo que experimenta por la literatura. En él, preguntado por el sabueso incógnito, nuestro viejo conocido Juan Manuel de Prada El Católico afirma que él se presenta a premios, a ver si hay suerte, añadiendo el cinismo a la corrupción en la que chapotea hogaño como antaño. |
Boletín del Centro de Documentación de la Novela Española |